En ese constante evolucionar, hemos pasado por muchísimas experiencias, hemos cambiado tanto física como espiritualmente y hasta hemos modificado nuestro pensamiento sobre las cosas. Une tu pensamiento, tu palabra y acción en una misma dirección, y te sentirás libre.
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jueves, 20 de septiembre de 2012
No eres tú, soy yo.
Cuando te tomas las cosas personalmente, te sientes ofendido y te engrinchas defendiendo tus creencias originando nuevos conflictos. Haces una montaña de un grano de arena, porque sientes la necesidad de tener la razón y de que los demás están equivocados, y te esfuerzas en demostrarles que tienes razón a como de lugar, dando tus propias opiniones. Pero recuerda que cualquier cosa que sientas o hagas, es solo la proyección de tu propio sueño personal: un reflejo de tus propios acuerdos internos.
Tomarse las cosas personalmente es la máxima expresión del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor; pero en realidad, nada que los demás hacen tiene que ver contigo. Lo hacen por ellos mismos, porque todos vivimos nuestro propio sueño en nuestra propia mente; los demás están en un mundo completamente distinto del que vivimos cada uno de nosotros. Cuando nos tomamos personalmente lo que alguien nos dice, es porque suponemos que él sabe lo que pasa en nuestro mundo interno, y reaccionamos intentando imponérselo por encima del suyo.
Incluso cuando una situación parece muy personal, por ejemplo, cuando alguien te insulta directamente, eso tampoco tienes que tomártelo a pecho, pues lo que esa persona dice, lo que hace, y las opiniones que expresa, responden a patrones que él ha establecido en su propia mente producto de toda la programación que recibió durante el período de su educación y crianza, así que no dejes que los comentarios de otros te afecten, porque tu sabes que es lo que eres. No necesitas que te acepten o te rechacen. Que piensen lo que piensen, sientan lo que sientan, se trata de su problema y no del tuyo. Es su manera de ver el mundo; por lo tanto, no te lo tomes de manera personal, porque se refieren a sí mismos y no a tí. Los demás tienen sus propias opiniones según su sistema de creencias, de modo que nada de lo que piensen de tí estará realmente relacionado contigo directamente, sino con ellos.
No te tomes nada personalmente, significa que si lo haces, te expones a sufrir por nada. Los seres humanos somos adictos al sufrimiento en diferentes niveles y grados, apoyándonos en otros para mantener esta adicción. Vayas donde vayas, encontrarás siempre gente que te mentirá, pero a medida que tu conciencia se expanda, descubrirás que tú también te mientes a ti mismo.
Nunca esperes que los demás te digan la verdad, porque ellos también se mienten a sí mismos. Tienes que confiar plenamente en ti y decidir por tu cuenta si te crees o no lo que los demás te dicen. Si te mienten, no importa. Te mienten porque ellos mismos tienen miedo a que descubran que no son perfectos, ya que quitarse la máscara social resulta doloroso.
No tomarse nada personalmente te ayuda a romper muchos hábitos y costumbres que te mantienen atrapado en el patrón de domesticación, causándote un sufrimiento innecesario.
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